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  • 27 de junio, 2025

Hacia una mirada amplia del bienestar

Un ejercicio inicial que muestra cómo los datos pueden ayudarnos a entender mejor la realidad del bienestar en nuestro país.

Autor: Carlos Guillermo Bozzoli

Podemos empezar con una pregunta controvertida: ¿es posible comparar la calidad de vida entre provincias? Esta pregunta asume que tenemos indicadores que nos permiten entender qué entendemos (valga la redundancia) por el concepto de bienestar. En esta nota veremos cómo, de manera muy sencilla (y por cierto no definitiva), podríamos comparar el bienestar en provincias argentinas.

Hacia un índice de bienestar provincial

Todos los años encontramos titulares de prensa sobre el índice mundial de felicidad. Un concepto asociado, el de bienestar, es difícil de medir y lo mejor que podemos hacer son aproximaciones que, por cierto, tienen sus claroscuros.

En lo que sigue, describimos un ejercicio muy simplificado donde construimos un “indicador de bienestar provincial”, con dos variables que se actualizan regularmente (al menos una vez al año): indicadores de ingresos familiares (relacionado con la pobreza) y la tasa de mortalidad infantil. Para este ejercicio estamos asumiendo que ambas variables aproximan la noción de bienestar.

El ranking: los ingredientes

En este ejercicio usaré el “promedio del ingreso per cápita familiar en zonas urbanas según INDEC al tercer trimestre de 2024” (de aquí en adelante lo llamaremos ingreso per cápita para abreviar, aunque las expresiones no son lo mismo). Como su nombre lo dice, el ingreso per cápita familiar resulta del total de ingresos de la familia dividido por la cantidad de miembros que la componen. Al tope de la lista se encuentra CABA, con aproximadamente $790.000 pesos/persona en el tercer trimestre de 2024.

Para el segundo indicador que aproxime al bienestar, hubiéramos querido utilizar la esperanza de vida, pero no hay datos a nivel provincial que estén lo suficientemente actualizados para que tengamos un ranking “al día” de la calidad de vida. Es por eso que optamos por la tasa de mortalidad infantil en 2023 como sustituto “imperfecto”.

Para obtener el índice de “bienestar” necesitamos algo de orden, porque inicialmente tenemos “peras y manzanas”, es decir el ingreso per cápita y la tasa de mortalidad infantil. Por eso, ordenamos las provincias de menor a mayor ingreso (más ingreso es más bienestar) y asignamos una “nota” de 100 a la de mayor ingreso per cápita (CABA) y una nota baja (“cero”) a la de menor ingreso (Formosa). En el medio se ubican provincias con valores no tan extremos: por ejemplo, en el medio del ranking de ingresos per cápita se ubica Mendoza.

La provincia con menos mortalidad infantil (que es siempre mejor) obtiene una “nota” de 100 (Entre Ríos en el año 2023) y la provincia con más mortalidad obtiene un 0 (Chaco). En el medio tenemos las otras provincias de acuerdo a su posición en el ranking. Es importante destacar que los indicadores y rankings de mortalidad infantil cambian año a año y, por ello, este ejemplo debe tomarse como un ejercicio en fase inicial.

En el próximo paso de nuestro ejercicio, promediamos las “notas” para cada provincia para tener un indicador global.

Resultado final

Una vez calculados los promedios, el indicador global de bienestar resulta más alto en CABA, seguido por Santa Cruz y Rio Negro. Un problema en las comparaciones de ingresos (uno de los dos indicadores que usamos) es que en provincias como Santa Cruz el costo de vida es más caro, lo que implica que el dinero “rinde menos” que lo que parece, al compararlo con otras provincias. Lamentablemente no tenemos indicadores que permitan controlar esta diferencia. Chaco es la provincia peor rankeada, seguida por Formosa y Jujuy. En líneas generales, el “índice de bienestar provincial” es menor (menos bienestar inferido) en las provincias del noroeste y noreste del país, mientras que CABA y algunas provincias patagónicas se ubican en los mejores puestos.

Si hubiéramos utilizado otros indicadores, habríamos obtenido otros resultados, pero la gracia de este ejercicio es mostrarlos con un caso sencillo. Más indicadores también permitirán mostrar qué indicadores tienen “luz roja” para una provincia y cuáles no; esto permitiría que las provincias pudieran actuar en consecuencia y eventualmente asignar recursos de una manera adecuada con las prioridades.

Por último, para ser optimistas, es importante pensar en comparar la evolución en el tiempo (año a año), para ver cómo mejoran o empeoran las provincias en el tiempo, porque podríamos esperar que muchas provincias “rezagadas” mejoren en el ranking a medida que pasa el tiempo.

¿Por qué hacemos este ejercicio?

Cuando pensamos en este ejercicio sencillo y sus implicancias, surge la pregunta sobre qué otros indicadores se podrían incluir para tener una mirada más detallada del bienestar de las personas. Por ejemplo, ¿qué pasaría si incluyéramos la cercanía de las personas a las escuelas o a los efectores de salud? O incluso, teniendo en cuenta la importancia que tienen los espacios verdes en la calidad de vida de las personas, ¿qué pasaría si pudiéramos considerar en un análisis de mayor complejidad la disponibilidad de plazas y parques?

Por otro lado, imaginemos que pudiéramos tener todos estos datos (ingreso per cápita, mortalidad infantil, acceso a escuelas, a efectores de salud, etc.) con un mayor nivel de detalle y pudiéramos hacer comparaciones al interior de una misma ciudad, o incluso al interior de un mismo barrio. Todas estas incorporaciones nos permitirían entender de manera más profunda qué es lo que entendemos por el bienestar de las personas. Aún más: al tener un mayor nivel de detalle y más datos, podemos dar algunos pasos para responder a una pregunta muy importante: ¿cómo podemos mejorar el bienestar de las personas?

Este es parte del trabajo que realizamos con el equipo de Fractal, para poder entender de una manera más detallada la realidad del bienestar de las personas en nuestro país. Porque un conocimiento más profundo, puede ayudar a que los actores indicados den respuestas más acertadas a los problemas de las personas.