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  • Educación
  • 19 de mayo, 2025

Lejos y desconectados

En zonas rurales, hay amplias distancias entre la escuela y los hogares que conviven con falta de acceso a internet

Autores: Anahí Pissinis, Antonio Vázquez Brust y Guillermo Bozzoli, fellows de la Fundación Bunge y Born

De nuestro Mapa de accesibilidad a las escuelas argentinas, sabemos que en zonas rurales existen desiertos de oferta educativa: un alumno del ámbito rural debe caminar más de una hora y cuarto adicional para llegar a la escuela primaria que uno que vive en zona urbana. Esto se acentúa en el nivel secundario, donde los alumnos del ámbito rural deben caminar  más de dos horas extras que sus pares del ámbito rural. 

A su vez, los resultados del Censo 2022 muestran que las tasas de asistencia, es decir, el porcentaje de niños y jóvenes en edad escolar que asisten a la escuela, en el ámbito rural tanto en primaria como en secundaria, son más bajas que en el urbano (con una diferencia de 3 y 13 puntos porcentuales, respectivamente). 

Si bien el acceso y permanencia en la educación responden a múltiples factores como ser, la falta de recursos económicos, de apoyo familiar, o a temprana inserción en actividades productivas, entre otros; diversos estudios sobre educación en zonas rurales analizan cómo la falta de infraestructura escolar, de transporte adecuado y la dispersión geográfica característica del ámbito rural tienen incidencia en estos indicadores. 

Creemos que la educación a distancia podría ser una alternativa para afrontar esta problemática. Si bien configurar un modelo de educación a distancia de calidad  implica no solo un riguroso diseño, con planes de clase estructurados que estén alineados a una estrategia más amplia de transformación del sector educativo, y que además contemplen criterios de equidad y sean sostenible en el tiempo; sino también el desarrollo de habilidades específicas en los docentes y un clima educativo en el hogar que sirva de apoyo para el proceso de enseñanza y aprendizaje, lo cierto es que existen ventajas comparativas del uso de tecnología en educación

¿Cuáles serían estas ventajas? Son muchas, pero en principio podríamos considerar el hecho de que los estudiantes accederían a contenidos educativos desde cualquier lugar, facilitando la inclusión de personas de diversas ubicaciones geográficas. Esto, entre otras cosas, conlleva un ahorro de costos asociados con el transporte y la infraestructura física a la vez que permite el acceso a una variedad más amplia de recursos educativos, como videos, foros, lecturas, etc. 

Ahora bien, ¿están dadas las condiciones como para que esta alternativa sea factible? Lo cierto es que existen grandes disparidades tanto en el acceso a dispositivos e internet, como en su rendimiento dentro de diferentes ubicaciones geográficas. 

A partir de información publicada en el Sistema Integrado de Consulta de Datos e Indicadores Educativos (SICDIE) sabemos que mientras que 9 de 10 escuelas estatales urbanas cuentan con internet, sólo aproximadamente 7 de 10 rurales acceden a este servicio. Lo propio ocurre con los laboratorios de informática: 3 de 10 de las escuelas urbanas cuenta con este espacio pero sólo 1 de 10 de las rurales dispone del mismo.

Nivel Ámbito Internet Laboratorio
Primaria Urbano 92% 32%
Primaria Rural 68% 9%
Secundaria Urbano 91% 36%
Secundaria Rural 73% 11%

De un análisis de diversas fuentes (para conocer más sobre qué fuentes usamos pueden acceder a nuestro documento metodológico aquí) identificamos que más de 6 de 10 escuelas rurales podría mejorar su conectividad: un 59% se encuentran en zonas con potencial para mejora de conectividad y un 5% no tienen internet en la escuela pero podrían acceder a ella ya que se encuentran en una zona donde existe conectividad. 

Para este cálculo nos basamos en un listado de escuelas que no cuentan con internet (asumimos que las escuelas que no figuran en este listado sí tienen conexión) e información que proviene de un servicio de pruebas de velocidad de internet, Ookla (asumimos que en las zonas donde las usuarios realizaron pruebas, hay cobertura y en las que no hay pruebas, no). – Óptima: escuelas con internet que se encuentran en zona con cobertura y alta velocidad. – Potencial para mejorar la conectividad: escuelas con internet que se encuentran en zona con cobertura, pero de baja velocidad. – Sin conectividad, en zona de cobertura: escuelas sin servicio de internet, que se encuentran en zonas con cobertura. Es decir, en domicilios cercanos a la escuela se reportó uso del servicio de pruebas de velocidad. – Sin conectividad, lejos de zona de cobertura: escuelas sin internet y lejos de zonas con cobertura.

Entendemos que la diversidad del sistema educativo argentino hace que sea muy difícil encontrar una solución universal, pero también entendemos que el uso de nuevas tecnologías y herramientas permite aportar miradas novedosas a problemas de larga trayectoria. Herramientas como el mapa de accesibilidad a las escuelas argentinas, permiten elaborar diagnósticos detallados de la situación y priorizar la asignación de los recursos del sector educativo. Este tipo de herramientas nos pueden ayudar a enriquecer el debate educativo en nuestro país, y dar los primeros pasos para responder preguntas como: ¿podría una inversión en conectividad junto al desarrollo de un modelo sostenible de educación a distancia dar lugar a mejoras en la equidad del acceso a la educación?

Referencias: